Cantidad de hilos en la tela: el mito de la buena calidad

Una mayor cantidad de hilos por pulgada no significa necesariamente que las sábanas son de mejor calidad. Sí, más no significa mejor.

¿Cómo surgió la idea errónea ocurrida?

La cuenta de hilos, es el número de hilos que hay en una pulgada cuadrada de tejido (se obtiene sumando la cantidad de hilos en la urdimbre y en la trama).

Este es un índice creado como referencia, “ceteris paribus”, es decir, sirve de referencia si todos los otros factores que pueden influir en la calidad, se mantienen iguales. Pero éste no es el caso. Para determinar la calidad de las sábanas y el tejido hay que considerar también otros factores, igualmente importantes. De no hacerlo, seremos inevitablemente víctimas de la publicidad engañosa y las sábanas finas “falsificadas”.

La “moda” de la cantidad de hilos comenzó con el milenio y pasó de ser una media verdad a una engaño avalado por la industria para vender más.

De hecho, hoy podemos encontrar sábanas de pésima calidad de hasta 1800 hilos por pulgada cuadrada (hpp), elaboradas con hilos debiles y raquíticos que no durarán dos navidades.

Si bien es cierto, el consumidor necesita un parámetro para asegurarse que está comprando algo de un valor consecuente con el precio que paga, éste no es el único que debe considerarse si se quiere calidad.

Además debemos considera otros factores:
Tipo de construcción del tejido: La construcción de la tela determina cómo se siente sobre la piel, su longevidad y muchas veces, su precio.

Hay quienes prefieren un tejido tafetán o percal, que es más sólido en estructura y se siente “crujiente” al tacto. En este tipo de tejido, las fibras horizontales y verticales se entrelazan una por una, como una canasta.

Otra muy popular, que tiene a su vez muchas variantes, es el tejido Satén. En este tipo de construcción los hilos verticales pasan sobre tres o más hilos horizontales, de tal manera que, al haber una mayor superficie de hilos corriendo en el mismo sentido, los dedos se deslizan más fácilmente. Es decir, se siente más suave. Por el mismo motivo, la luz se refleja mejor en la superficie de la tela, resultando en una tela más brillante.

Variedad de la Fibra: se debe buscar sábanas con fibras “extra-largas”. La fibra más larga es ideal, porque no es necesario retorcerla tanto para hacer un hilo continuo. Pero ¿Cuál? ¡Pima Peruano, Egipcio, Supima?

Existen muchas variedades de fibra extra larga: Algunas variedades del egipcio (siendo el Giza el mejor de todos).

Llegados a este punto, cabe hacer un paréntesis para felicitar la excelente iniciativa del gobierno Egipcio que hace muchos años creó un sello de garantía y calidad al algodón Egipcio. Sin embargo, no todo el algodón Egipcio es de la misma calidad.

El Pima norteamericano es “la madre” del nuestro y del algodón Egipcio (variedad Gosypus Barbadense).

Este algodón, cuyo nombre proviene de la tribu de indios Pima que lo cultivaba en Norteamérica, fue traído a América a principios del siglo XIX. La planta ha ido adaptándose al “terruño” Peruano, dando origen a una nueva variante muy resistente a las plagas y que a diferencia del Pima Americano, crece con unas fibras excepcionalmente largas debido al clima particular de la costa peruana.

En Norteamérica, una empresa se ha dedicado a comprar las fibras más largas y selectas del algodón Pima crecido en ese país y lo comercializa con el nombre comercial de Supima (Superior Pima).

La cantidad de hilos no lo son todo: Incluso si una sábana tiene una alta densidad de hilos, que puede ser inflado por la manipulación del proceso hilatura, como por ejemplo, utilizar una fibra corta y débil para hacer un hilo con cuatro cabos,y considerarlo como cuatro hilos!! De esa manera un tejido de 150 hilos se convierte en uno de 600 hilos con un hilo de pésima calidad.

Dónde y quién urde el hilo: De hecho, una tela de algodón tejida con hilos urdidos (fabricados) en Italia, Suiza o Francia, van a ser mucho mejor que uno de 1500 hilos hecho en Pakistan, China o India. Incluso puede que no utilicen las fibras más largas, pero con su conocimiento y tecnología, harán mejores hilos y de hecho, mejores sábanas. Ellos son, para mí, los dioses del “tejido plano” (tipo de tela con la que se fabrican las sábanas).

Quien teje la tela: Además de necesitar una buena fibra y urdirla para hacer el mejor algodón, hay que considerar quién y cómo da los siguientes pasos. El acabado de la tela, la confección de las sábanas. De ello dependerá la apariencia y cómo resistirá los lavados y como se verá en su cama después de estos. Hay telas que encogen mucho (aunque toda fibra natural encoge aproximadamente 5%). Nadie quiere que su cama se vea con una prenda que parece una talla menor luego de haber invertido en su compra.

Etiquetado:
Otro problema grave con el que se engaña a la gran mayoría de consumidores es el etiquetado. Ejemplos:

-En muchos países es legal poner “sábanas de algodón egipcio” a sábanas que contienen tan poco como 10% de algodón egipcio.
-Etiquetas que en letra pequeña escriben “Contiene” 100% Algodón egipcio.

De hecho, se estima que todo el territorio de Egipto no es suficiente para cultivar todos los productos que se jactan de ser algodón egipcio.

De hecho, las escasas veces que los comerciantes piden control sobre los estándares que los fabricantes les venden a los laboratorios certificadores, éstos no pueden saber de qué variedad de algodón se trata.

Hay que leer muy bien las etiquetas.

Precio:
Definitivamente en este caso, como en muchos otros, el precio y la calidad van de la mano. Sospechen de grandes promesas a precios tentadoramente bajos.

Pues bien, ¿Qué debemos hacer para comprar sábanas de calidad?

N corresponde a los consumidores ser “expertos ingenieros textiles” para comprar su ropa de cama. Recurra a los consejos de los abuelos: compra de alguien de confianza. De los detalles y tecnicismos debe encargarse el fabricante.

El consumidor debería tener que centrarse en la parte placentera del proceso de compra: elegir si le gusta la sábana crujiente o suave. Si quiere tal o cual diseño y qué color le combina mejor a su habitación.

Las casas más finas ya no publicitamos los hilos, sino solo si el algodón es en tejido percala (crujiente) o satén (suave y brillante).

Obviamente, tenemos la información para quien la quiera saber, pero conocer la cantidad de hilos no es lo más importante. Nosotros elegimos las mejores telas para nuestros clientes y ellos confían en nosotros.

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